.

.

lunes, 28 de abril de 2014

La afición más tonta de España

Sábado, 19:45 de la tarde. El Getafe gana al Málaga en el Coliseum con un solitario gol de Colunga al principio del encuentro. La victoria de los malagueños certificaba el descenso matemático (porque virtualmente llevábamos en Segunda desde diciembre/enero) del Real Betis Balompié, incluso antes de jugar su partido. Todo presagiaba un trágico y dramático desenlace en Heliópolis, además de una noche muy movidita.

Sábado, 21:50 de la noche. El speaker del Betis da las alineaciones del Betis - Real Sociedad por la megafonía del estadio. Pitos merecidos para la gran mayoría, salvándose algunos como Adán, N'Diaye, Lolo Reyes o los canteranos, y destacando entre los pitados Cachimbas Castro. Suena el himno del Betis, mi momento favorito de cada partido. El sábado me quedé sentado, consternado, mirando al suelo lleno de pipas. Otros muchos cantaban, como si nada hubiera pasado en las horas anteriores. Y comenzó el partido. Hubo una entrada muy pobre, que venía siendo normal dadas las circunstancias.

Mi tristeza, mi pena, mi indignación y mi rabia vienen cuando comienza el partido. Se oyen algunos cánticos como "Directiva dimisión", "Esa camiseta no la merecéis", "Jugadores, mercenarios" o "Estamos hasta los hué". No hubo más. En alguna ocasión durante el encuentro se repitieron. Algunos aficionados sacaron pancartas, agradeciendo al viento por mi parte que tapara, en una de ellas, la parte que pedía la vuelta de Mel. Los Supporters de vez en cuando cantaban algo, en un tono bastante bajo. Los Realistas, no pararon de cantar ni un segundo, no celebraron el gol y nos dieron ánimos, tanto en rueda de prensa como decenas que me han llegado en Twitter. Unos señores. Y se acabó el partido. Pitada, los de la pancarta se fueron a la puerta de cristales, tres tontos tiraron contenedores y bengalas, y Heliópolis finalmente durmió en paz y tranquilidad.

¿A qué viene el título del post y esa indignación de la que hablo? Déjenme explicarme: tras una de las peores temporadas de la historia, con el club sufriendo una desestructuración institucional muy preocupante, con otro entrenador llorón cuyas excusas son dignas del mismísimo Mel, con una plantilla que pasa del tema, y con un Segundazo histórico. Y nosotros, los aficionados, los pocos béticos que nos dignamos a acudir al campo, gritamos cuatro chorradas y ya está. A casita a dormir. Ante una situación catastrófica como la que vivimos, expresamos nuestro cabreo con cuatro memeces que probablemente provocarían la risa floja en el saneado Domínguez Platas o en el abrepuertas. Bien, bien.

Pues sí. Somos, de una forma total y absolutamente clara y sin tener ni la menor duda, la afición más tonta de España. Sí, sí, nosotros. Los béticos. A los que nos duele el Betis. Porque llevan dándonos palos meses y meses y sólo abrimos la boca para hacer como que nos quejamos. ¿Se acuerdan del aceitero y el tema del maricomplejinismo con los árbitros y la LFP? Pues más o menos igual. Además de ser el partido en casa, un sábado, habiendo ya descendido. Era la ocasión perfecta para manifestarnos, para organizarnos y protestar. Para demostrar de una puñetera vez que nos merecemos algo mejor, que sabemos opinar y quejarnos cuando se nos hiere, para demostrar que no somos unos borregos que tragan con todo. Por cierto, mucho blablabla en el partido, pero hubo UN canto contra Gordillo, uno de los máximos responsables de esta sumamente bochornosa campaña. Y fue silenciado rápidamente. Tontos, tontos, tontos todos.

Menos mal, y es una de las razones por las que conservo un ápice de esperanza en la afición del Betis, que algunos inconformistas y dehtruhtoreh como un servidor que les habla, se quejaron en algunas redes sociales. Y dijeron que ya estaba bien, hombre, que había que hacer una protesta digna del club al que todos pertenecemos, que nos dejáramos de bobadas sin sentido. Y se extendió por Twitter. Y, afortunadamente, ya hay varias propuestas de manifestación, al estilo del 15-J, uno de los mayores logros obtenidos por este beticismo tan conformista y tan sumiso al que pertenecemos.

Y me da igual la hora, el sitio, el día. Yo quiero protestar. Porque no me da la gana de que se rían de mí. Porque se han pasado de la raya. Porque el Betis está en Segunda, y la cosa no tiene ninguna pinta de mejorar. Porque yo quiero que nos quejemos y que gritemos contra los verdaderos responsables. Contra los jugadores o Calderón, bueno, pues sí. Pero también contra Gordillo o contra el Platas (cuyas declaraciones tras el partido fueron dignas de una dimisión en cualquier club serio), contra los chupópteros y sinvergüenzas. Contra los consejeros, contra los que se han cargado la cantera, contra amiguetes y enchufados y contra consejeras florero.

Porque afortunadamente, como expresé en mi último post, yo aún creo en un Betis libre. Un Betis a la altura de su afición y de sus 106 años de historia. Y lograr ese Betis será imposible mientras sigamos comportándonos como borreguitos sumisos, mientras sigamos tragando con todo. Porque el manquepierda no es incompatible con la exigencia, con la ambición, con el querer más, con el crecer como club y como movimiento social. Y esto creo que algunos no lo tienen muy claro.

¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica

1 comentario: