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miércoles, 26 de noviembre de 2014

Beeeee

Tremenda intensidad la vivida en los últimos tres días en el ámbito bético. Tras la bochornosa imagen ofrecida por el equipo el domingo por la tarde, tristemente soportada por los 25.000 béticos que nos acercamos al Villamarín a aguantar el chaparrón (literalmente), se especuló enormemente sobre si esa noche podríamos presenciar la destitución fulminante de Julio Velázquez, lo cual no ocurrió finalmente. Para más inri, pudimos ver el lunes cómo se le ratificaba en el cargo de forma momentánea. Pero no fue eso lo más destacado.

Más aún nos chocó a todos que, siguiendo con el guión circense, Platas y otros cuatro consejeros dimitiesen y adelantasen su marcha, la cual estaba prevista el día 9 de noviembre. Lo lógico sería alegrarse de que esta panda de mindundis por fin dejasen el Betis, institución que en ningún momento pareció importarles (y me remito a la patética rueda de prensa de Maíto tras el descenso). Sin embargo, la manera precipitada, cutre y de equipillo de barrio en que se ha hecho me parece bastante desacertada, más que nada, por la falta de seriedad que ofrecemos. No parecemos un equipo que tiene ciento siete años de historia.

¿A quién tenemos ahora? Pues a Juan Carlos Ollero. Si quieren que les sea sincero, no conocía de su persona o de su trayectoria anterior, por lo que solo entraré a valorar las sensaciones que me ofreció ayer su rueda de prensa. Debo confesar que me resultó agradable, cercano al bético. Me gustaron muchas de las medidas que propuso, aunque creo que pecó de exceso de demagogia en algunas ocasiones, por el tema de pasarse comiéndonos la oreja. Pero lo que más me agradó fue observar una cualidad que no veía en el Betis desde que nos dejó el mejor entrenador de la historia de este nuestro club (obviamente hablo de Lorenzo Serra Ferrer). Ollero parecía tener personalidad.

Personalidad. Qué bonita palabra, ¿no? Quizá los béticos no tenemos este concepto tan claro. Sobre todo, porque Guillén era la marioneta de Gordillo, y de personalidad, muy, muy poquita.
Por no decir absolutamente nada. Porque para Domínguez Platas, parecía que el acordarse de dónde había aparcado la casa con los globos era una preocupación que predominaba sobre la situación del Betis. Por decirlo de otra manera más basta, el equipo se la repampinflaba. Porque Alexis y Merino son amiguetes de amiguetes, y por eso tienen su cargo. Y Alexis no tiene la personalidad de reconocer que no vale para un puesto que le queda grande. Y porque Pepe Mel no tuvo la personalidad suficiente para quejarse de los fichajes que nos trajeron el año pasado y que nos llevaron a la debacle. Hace mucho tiempo que no vemos a alguien con esa personalidad tan necesaria en un club tan difícil de manejar como el nuestro.

El segundo tema que les traigo da lugar al título del post. Beeee. Un balido. Ovejitas, Corderitos. Miedo. El miedo ha sido el factor clave en las últimas 48 horas. ¿Miedo a qué? A la reacción que pudiera tener la afición, que está una mijita harta. ¿Qué quiere el sector que más se queja? La vuelta de Pepe Mel. Porque parece ser que los no melistas están en una esquinita del cuadro bético, marginados y acomplejados, lo cual me da tela de coraje, pero eso ya es otro tema. El miedo ha orquestado la salida de esos consejeros y la de Maíto, y ha configurado la nueva situación del banquillo bético. Estas eran las cosas que había que cambiar para que pudiese venir Mel. Los que gritan se callan, la directiva es feliz, y todos contentos.

Yo no quiero una directiva de corderitos, que tienen que ejercer su trabajo en función del miedo existente y causado por factores previos a su llegada. Yo es que no lo veo. Y no es porque el centro de la operación sea el escritor (que también), sino porque creo que así no llegamos a ningún lado. Y me parece muy, muy cobarde. Yo entiendo que para ellos es muy fácil el volver a traer a Pepe y ahorrarse los pitos, pero... no sé. Serán cosas mías. Sé que diciendo estas cosas hago muy pocos amigos en el mundillo verdiblanco, pero qué le vamos a hacer.

En fin, Serafín. Muchas cosas y muy poco tiempo. Demasiadas quizá para que el bético de a pie pueda digerirlas. ¿Nos traerá esto algo de estabilidad? ¿Acabaremos peor de lo que estamos, cosa que es bastante complicada? El tiempo dirá. Sólo pido por aquí que, de momento, demos una oportunidad a Ollero y no estemos pasado mañana acordándonos de sus familiares. Si no, aviados vamos.


¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica

martes, 4 de noviembre de 2014

Rentabilidad

Hoy les traigo un término económico que seguramente la gran mayoría de ustedes conocerá. Como ya he expresado en el título, hoy les hablaré de rentabilidad. ¿Por qué en este momento tan delicado, y por qué hablar de un concepto quizá tan poco relacionado con el ámbito del Betis? Ahora lo explicaré, pero sin embargo, me gustaría antes aclarar que la necesidad de escribir este artículo no nace tras la debacle del Sadar, sino que esa idea ya rondaba mi mente desde hace algunas semanas.

En primer lugar, conviene que nos situemos. Ayer, el Consejo de Administración del Betis se reunió en plan Club Bildelberg, con el simple y llano objetivo de ratificar que no hay reacción por parte de los mandamases a la nefasta situación del equipo. Se emitió un comunicado para reafirmar en el cargo a Julito Velázquez, del que se comentaba que, después de el desastre pamplonica (por si alguien todavía no lo sabe, el Betis se dejó remontar y desperdició una renta de dos goles en apenas quince minutos, además de perder de forma lamentable) no le quedarían muchas horas al mando del conjunto verdiblanco. Si bien es cierto que la primera mitad del partido fue la mejor que hemos visto hasta ahora, la segunda ralló la patochada. Misma mala imagen, mal juego, imprecisiones, nervios, goles de patio de colegio, etc.

Me voy a poner en el supuesto de que nuestros queridos comegambas siguen en sus trece, y que no destituyen a Julio ni aunque el Llagostera (con todos mis respetos al equipo catalán) nos mete ocho en la ida y doce en la vuelta). Dicho supuesto tampoco es excesivamente descabellado, ya que el tema de hacer las cosas bien y a tiempo es algo con lo que los Maito y compañía no se llevan muy bien. Tras esto, me posiciono en la posibilidad de que el juego de Velázquez no mejore (cosa bastante improbable, ya que peor no puede ser), y que sigamos ganando al tran tran, que nos salve el acierto de Rubén Castro y alguno más, y que finalmente consigamos el objetivo. Son situaciones perfectamente posibles, dada la connotación circense que posee nuestro club.

Pues bien, aquí es cuando hablamos de rentabilidad. Y la pregunta que voy a formular es dolorosa para la mayoría de los béticos, pero la creo necesaria. ¿Le saldría rentable al Betis ascender de la forma en que acabo de describir? Esta cuestión es necesaria apartarlo del ámbito económico, ya que, sin duda alguna, al perder mucha publicidad y el tema de los derechos televisivos (que en Segunda caen en picado, convirtiéndose los abonos en la principal fuente de ingresos), subir a Primera sí que ayudaría a salir del precario estado en el que se encuentran las arcas béticas. Quiero referirme a rentabilidad deportiva.

¿No sería mejor ascender con un equipo con bases sólidas, fuerte, bien compensado y que por lo menos juegue a algo? ¿Soy el único que piensa que, como subamos jugando tal y como estamos jugando, y yendo a trompicones, en Primera nos van a dar palos hasta en el cielo de la boca? Porque el equipo ciertamente no está bien complementado, Velázquez no tiene un esquema fijo, ni un once tipo, y sobre todo, no tiene un estilo de juego definido (porque unas veces le da por jugar al toque y otras, bombo arriba y a ver si la pilla alguien). Porque si el Osasuna, estando como está, nos remonta, y la Ponferradina nos cuela cuatro, ¿cuántos nos caerán en el Pizjuán?¿Superaremos el fantástico registro del año pasado?

Sinceramente se lo digo, y créanme que me duele, pero yo, tal y como está el percal, prefiero no ascender este año, y pulir todas las cosas que en estos momentos fallan. Porque no quiero hacer más el ridículo, y quiero que subamos con galones, con mimbres, con un fondo de armario decente. Que subamos porque nos merecemos estar en Primera, y no porque Rubén está enchufado. Porque el canario en algún momento se retirará o se irá a otro equipo. Fíjense en el último "segundazo"; al primer intento no lo conseguimos, pero fue incluso mejor, ya que nos afianzamos en Primera e incluso llegamos a Europa (si bien Mel luego tiró todo lo trabajo por la borda). Yo lo prefiero así.


¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica