.

.

viernes, 21 de marzo de 2014

Crónica del mejor partido de mi vida.

Jueves, 20 de marzo de 2014. Doce menos diez de la noche. El Sevilla remonta al Betis en su campo, tras haberse impuesto el conjunto verdiblanco en la ida. Tras la prórroga, el Sevilla gana en el último penalti de una fatídica tanda que quedará grabada en el recuerdo de los miles y miles de béticos repartidos por el mundo. Mientras, el Estadio Benito Villamarín ve el panorama con cara de circunstancias. Algunos gritan con rabia. Otros sólo contemplan el triste desenlace, enmudecidos. Los niños lloran. Yo minutos después del final, seguía en estado de shock en mi asiento. Entre el llanto y la indignación. Leyendo todo ésto, el título del post, en cualquier otro club que no fuese el Real Betis Balompié, sería absurdo, ridículo incluso. Pero efectivamente fue así.

El Betis-Sevilla del jueves fue el mejor partido de mi vida. A pesar de todo lo comentado arriba, de mi cuerpo dolorido, de mi garganta desgastada y de mi abatimiento. A pesar de la victoria del eterno rival. A pesar del mejor jugador del Sevilla, Juanfran, que vaya tela los dos golazos que mete. Y qué centros, y qué toque. A pesar de Rubén Castro, que con su movilidad y actividad ayer no fue mucho más peligroso que un peluche del Imaginarium. A pesar de las lesiones. A pesar de Nono, al cual realmente no podemos crucificar, ya que le debemos el clasificarnos para octavos, y aunque el penalti fuera nefasto, sólo los falla el que los tira. Y un mal día puede tenerlo cualquiera, la verdad.

Llegué a Tajo a las seis de la tarde. Empujando y avanzando como podía. No simpatizo demasiado con los ultras, pero tengo mucha debilidad por las bengalas y la pirotecnia en general. Y lo de ayer fue una pasada. Y no sólo por las bengalas o el humo, sino por ver a toda la calle, abarrotada de béticos, cantando al unísono, horas  antes del partido, sin parar. A las siete y cuarto fui al hotel, a ver la salida del autobús. Y allí, más de lo mismo. La calle del Silken Al-Ándalus llena hasta la bandera de béticos cantando y animando. Acompañamos al autobús hasta su entrada en el estadio, y volvimos a Tajo. Y otra vez, gritando y saltando, como un niño chico. Iba con uno del Atlético de Madrid que se lo pasó mejor que yo en esos momentos, incluso. Ya iba ronco antes de entrar al campo. Y escuchar el himno, el himno mejor cantado y que más me ha emocionado en todos los partidos a los que he asistido, ya fue la requeteleche.

Y comenzó el partido. Y, fútbol aparte, (porque, como ya he comentado, no era precisamente lo futbolístico lo que hizo que el partido fuese tan especial), fue espectacular en todos los sentidos. Conseguimos demostrar por qué el derbi de nuestra ciudad es el verdadero clásico del fútbol español, porque en ningún sitio se vive con la emoción y el sentimiento que lo hacemos aquí. Se cantó más que en ningún encuentro que hubiese visto yo. Y fue bonito, porque fue como una especie de turno de aficiones (honestamente, debo decir que los Biris y palanganas que fueron a la jaula estuvieron de diez en animación), en el que la gente se dejaba el alma para seguir apoyando a los jugadores.

Porque sí. Porque obviamente me dolió muchísimo el resultado, pero todos estos factores, el ver al beticismo tan entregado en todo, el sentirme uno más encima del césped, al pasarlo tan bien, realmente, hizo que pudiese superar la derrota con algo más de rapidez. Se perdió, sí, pero no se hizo tanto el ridículo como venimos viendo a lo largo de toda la temporada. Dieron la talla. Al igual que lo hicimos nosotros allí. No me hace falta ningún título para darme cuenta de lo orgulloso que estoy de ser bético. Porque hoy me he levantado más bético que ayer, y he ido a clase con la camiseta y la sudadera del Betis. Porque, aunque no hay que caer en el aborregamiento y en el no exigir nunca nada al equipo, o aplaudir lo bochornoso, una vez que se ha dado la talla, no queda más que disfrutar.

 Como vengo diciendo últimamente, el Betis está descendido virtual y casi matemáticamente, y lo que nos queda es aprovechar estos partidos que nos quedan en Primera. Aún tenemos que jugar contra el Barcelona o contra el Atlético, este fin de semana. Y en un mes volvemos a tener derbi. Igualmente, en el Villamarín. El verdadero clásico del fútbol español. Revancha.

¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica

lunes, 17 de marzo de 2014

La muerte de mis nervios

Ayer me pasó algo muy triste. Tras el subidón que nos supuso a todos los béticos el ganarle a las vecinas en el Centro Comercial, todo se veía de otro color. Volvíamos a creernos capaces de conseguir esa ansiada y sumamente complicada salvación. Porque habíamos cambiado, porque matemáticamente era posible, y tal y cual. Pues bien, como digo, ayer por la mañana, descubrí algo deprimente. Vi que no estaba nervioso por el partido del Elche. Porque, y debo pedirles disculpas a todos los que leéis mis chorradas, a pesar de haber afirmado por activa y por pasiva que yo sólo quería descender de forma digna y disfrutar en la UEFA hasta donde pudiésemos llegar.Pero en el fondo, y demostrando una vez más que el beticismo va contra toda racionalidad, quedaba algún atisbo de esperanza, y creía posible ganar en Elche, acercarnos a los que marcan el descenso ahora mismo, y seguir en esta racha hasta salvarnos. Y, tras la primera parte en el Martínez Valero, la racionalidad volvió a imponerse, y murieron mis nervios. Terminé de asumir el Segundazo.

Y créanme que es muy triste el que te dé más o menos igual el resultado (todo ésto de cara a salvarnos, obviamente quiero que se gane aunque bajemos) sin tener que autoconvencerte. Pero parémonos a pensar: debemos jugar aún contra algunos equipos como el Barcelona, el Atlético o la Real Sociedad. La plaga de lesiones existente en el vestuario bético, cuyo culmen llegó con esa primera parte en el Martínez Valero (Baptistao, Caro y Dídac fuera), es de lo peor que he visto desde hace tiempo. Si a éso le añadimos que los robaperas de la LFP no ayudan con los árbitros, y que mínimo faltan aún veinte puntos para salvarnos... las expectativas no son demasiado buenas. Pero mirémoslo con perspectiva. No es el primer descenso en la historia del Betis, ni será el último. Obviamente, cada persona podrá o no creer en una hipotética salvación, pero desde mi punto de vista, lo más práctico es sentar las bases del año que viene, en vez de seguir lamentándonos buscando un objetivo a mi juicio casi imposible. Con ésto me refiero a no repetir la chapuza con mayúsculas que se ha hecho con la planificación de esta temporada, perpetrada por los afortunadamente ya huidos Stosic y Bosch. Ir ya concretando qué va a ser necesario en una Segunda División que siempre es dura, sin importar la categoría del club o los jugadores de su plantel.

Para empezar, y ésto es demasiado utópico, echar al abrepuertas. Ni imagen del Betis, ni leyenda, ni leches. Tenemos ahí a un tío que a lo único que se dedica es a cobrar por no trabajar e irse de parranda con las peñas. Después de éso, sería necesario que el presidente que venga después de Aceites Vitaldent lo haga aunque sea un poquito mejor; en otras palabras, más N'Diayes y menos Steinhoffers. Menos ridículos, menos bajadas de pantalones ante la caverna madrileño-barcelonista, menos maricomplejinismos con la LFP. Más REPRESENTAR y GESTIONAR al Betis. En definitiva, lo que hace un presidente normalmente. Y ya, lo que sería la requeteleche sería echar a todos los enchufados o todos los cargos absurdos y/o inútiles. Con éso, ahorramos en dinero (muy necesario) y en disgustos. Además de llevarnos el medio millón de euros que nos dan por pasar de ronda en Europa, que tampoco sería malo conseguirlo.

En lo estrictamente deportivo, creo que Calderón es idóneo para comenzar el proyecto en Segunda: ya conoce al equipo, ha conseguido inyectar algo de testiculina, de moral y de sangre a unos jugadores que, hasta hace no mucho, se arrastraban por todos los campos de España y parte de los de Europa dando una imagen simplemente patética, refregando el escudo de las trece barras por el barro y la deshonra a más no poder. Además de echarle ganas, ha conseguido (lo cual era absurdamente fácil pero ni Mel ni Garrido lo hicieron) diferenciar entre jugadores inútiles y jugadores válidos, y ha sabido sentar a gente como Verdú o Molina. Y para colmo, el equipo defiende bastante bien, y con todo el tiempo que queda hasta que comience la temporada 2014-2015, puede mejorar el ataque (porque es cierto también que no le metemos un gol al arcoiris). Respecto al plano de entradas y salidas, que gente como Adán, Juanfran, Amaya, Rubén Castro o Lolo Reyes hayan mostrado su compromiso de continuar en Segunda es de agradecer. Si a éstos les añadimos gente como Caro, Varela, Pedro, Juanma y los que puedan despuntar del filial, más los jugadores que acaben quedándose que no sean los anteriormente mencionados más algunas incorporaciones que se hagan con criterio considero que no debe ser demasiado difícil confeccionar la plantilla.

Empezando todo ésto con tiempo, ojeando nuevos fichajes y renovando a los que quieran quedarse, y largando a gente como Verdú, Salva Sevilla, Molina o Vadillo, por los cuales se puede sacar algo de dinero, creo que tendremos mucho ganado de cara a la próxima campaña. Y toda esta labor deportiva será más plácida si tenemos a unos dirigentes medianamente decentes. Además, contamos con la ventaja de que los equipos de Primera que descenderán aún tienen posibilidades de permanencia, por lo que tendremos más tiempo que ellos para organizarnos y sacarles algo de ventaja. Dentro de la objetividad y el realismo del Segundazo, siempre se puede ser positivo y ver el lado bueno que puede tener.

Así que nada, sólo me queda disfrutar de cada partido como si no nos jugáramos nada, cantando y animando por el simple hecho de ver ganar al Betis y disfrutar de él, sin tener que preocuparme por cuentas de la lechera o agobios innecesarios en la última jornada. Que no bajamos al final, pues perfecto. Que sí, pues a trabajar para subir. Pero que me dejen de historias, como digo sólo sufriré o me alegraré por el placer de poder verlo jugar. Y ahora, a por las vecinas. Y debo admitir que por ese partido sí que estoy nervioso jajaja.

¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica

lunes, 10 de marzo de 2014

Buscando tres pies al gato: Conclusiones.

Bueno, creo que es un buen momento para empezar a sacar conclusiones de lo mostrado por Gabriel Humberto Calderón en el tiempo que lleva capitaneando el Real Betis Balompié. Ciertamente, tengo un poco de miedo, ya que hice lo mismo con Garrido, también dije cosas buenas en las conclusiones, y, finalmente, a la siguiente semana comenzó un declive que acabó con su destitución. Espero no ser gafe y repetir la historia.

Pues bien, objetivamente, podemos decir que el juego del equipo ha mejorado mucho. Y personalmente creo que es más cuestión de confianza que de cambio de juego, ya que, realmente, el estilo del equipo en estos momentos no es una maravilla futbolística, pero por lo menos es mucho más efectivo que el utilizao por sus antecesores. Es precisamente esa confianza la razón por la cual se pedía un entrenador (además de con unas aptitudes mínimas) que sintiera y le doliera realmente el Betis, para hacerles parte de la situación a los jugadores y conseguir el ya mencionado cambio de actitud. Porque Mel, al ser un desmotivador nato, como ya he repetido en numerosas ocasiones, sólo hizo que las ganas disminuyesen, y de Garrido mejor que no hablemos. (Hago un inciso: me meto con Mel porque tengo que comparar al míster actual con los anteriores, no tengo ningún problema personal como muchos me habéis dicho).

Futbolísticamente, creo que existen algunas claves de este cambio: para empezar, Correcaminos Verdú ha desaparecido de las alineaciones. Es increíble que estemos ganando sin su velocidad, su potencia, sin ese dejarse el alma en el campo que demostraba cada domingo y que levantaba al Villamarín al completo. Otra clave: dejar en el banquillo a Juankar con k de karrerón, de kalidad, de klase. Es una pena no ver sus espectaculares galopadas por la banda, yéndose de los contrarios que salían a su paso, regateando de forma inverosímil, y poniendo centros calibrados al milímetro. También podemos destacar otra ausencia notable en la formación titular del argentino, Jorge Molina. Se nos hace extraño no disfrutar en los partidos esa velocidad, esa precisión, ese instinto asesino que hacía que no fallase una, que como el killer que es, introdujese en las mallas toda pelota que llegaba a sus pies, lo que le hacía estar entre los puntas más codiciados en el mercado internacional.

Es digna de mención otra característica de las alineaciones de este Betis: Dani Alves Chica y Jordi Alba Nacho también han sido relegados al banquillo. Realmente debemos estar teniendo mucha suerte al ganar sin estos dos baluartes defensivos, con esas carreras en ataque y esa defensa férrea ante los extremos rivales, ese criterio a la hora de jugar o esa arrancada potente que ambos poseían. O la sustitución de Sara por Adán, que también es incomprensible, viendo las brutales paradas que realizaba cada partido, esos pases de cincuenta metros que daba al pie del delantero, esa agilidad...

Vale, vale, dejémonos de bromas. Además de mandar a este comando de insultos al buen fútbol a calentar banco, lo cual era muy necesario, ha devuelto a Cedrick a las alineaciones, lo cual considero que es positivo. Además, N'Diaye es el fichaje del año (en el Betis), y tenerlo ahí detrás, conectando con la defensa y subiendo si hace falta, da unas garantías con las que antes ni osábamos soñar. Rubén Castro parece que vuelve a ser el que era, y es de nuevo la referencia arriba. Cuatro meses después, tenemos un portero bajo palos. Didac, sin estar en el nivel que lo llevó al Milan, ha demostrado darle mil vueltas a Nacho, que era básicamente lo que se esperaba de él. Como negativo, señalar que Salva Sevilla sigue exasperándome jornada tras jornada con su trote cochinero cuando, en mi opinión, debería jugar Nono; que Jordi Figueras, por una cosa o por otra, y aunque salvara un gol el otro día, también juega semanalmente (y deberían jugar Amaya y Perquis). En general, balance positivo, por resultados y por imagen. Quedan apectos por pulir, eso sí.

Ya lo dije y lo repito de nuevo: yo tristemente no tengo ninguna expectativa de salvación, antes por juego y lógica, y ahora por tiempo y dificultad. Pero eso no quita que quiera que se ganen los partidos, se pelee hasta cuando las matemáticas no den para más y se descienda de la manera más digna posible. Además de disfrutar en Europa, hasta donde lleguemos si es que pasamos a las vecinas. Por cierto: #3DíasParaElVerdaderoClásicoDelFútbolEspañol.

¡Un saludo!

@josearquer95
@lajuezaesbetica