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lunes, 31 de agosto de 2015

Ding, dong

¡Ding, dong!, suena un timbre. La decepción y la esencia de lo casi ridículo tocan a la puerta de Pepito Mel. La turba enfurecida, que antaño le profería toda clase de alabanzas de forma en muchas ocasiones injustificadas y exacerbadas, comienza a levantarse y a reaccionar. Ya no somos tres gatos. Las plegarias de esos pocos tildados de antibéticos que deseábamos ese despertar de la inundada de sopor afición bética parece que han sido oídas en las alturas.

Es bastante lamentable que esa reacción venga tras un descenso, haber manipulado a muchísimos béticos, medios de comunicación y futbolistas a su total antojo y haber llorado ríos y ríos de demagogia en sus famosas ruedas de prensa, por encima de las posibilidades del sistema de drenaje del Benito Villamarín. Pero bueno, dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena, y si esto sirve para asentar las bases de una nueva forma de observar el panorama por parte del beticismo, bienvenido sea pues.

¿Por qué les cuento todo esto, queridos? A lo largo del verano, a pesar de haberme mantenido ligeramente al margen de la órbita mediática que rodea a nuestro club, ya flotaba en el ambiente un aroma de cambio. Y no sólo de aumento de la exigencia; sí, esa que Mister Proper reclamaba en la celebración del ascenso. Qué irónico, ¿eh? Porque parece que el mensaje ha calado, y a lo largo de la pretemporada, y sobre todo de estas dos jornadas, se observa un acelerado cambio de actitud respecto de Mel. La gente lo tiene muy visto ya. Saben de qué va la cosa.

Tanto en foros, como en amistades personales, como en el mundillo tuitero, se acrecienta esa tendencia. Las excusas y argumentos utilizados una vez más sin contenido alguno no surtieron efecto. A la gente le ha dolido la poca intensidad en el encuentro en el Bernabéu; la escasez de ganas, de garra, de coraje... Parece que el seguir echándole las culpas a la dirección deportiva no le funciona, al haber confeccionado una plantilla más que decente (si bien es verdad que faltan efectivos). Y lo de que todo lo que habían entrenado se perdió tras el primer gol fue la gota que colmó el vaso.

Son todo recursos un tanto rastreros, si me lo permiten. Al igual que escuchamos la semana pasada como el escritor depositaba una carga más de responsabilidad y culpa en los ya maltrechos hombros del pobre Ceballos, en Madrid exhibió todo su repertorio. Pero claro, si comparamos esos argumentos con hechos como que el equipo no prepara el físico, que los planteamientos son un desastre, que el trabajo táctico brilla por su ausencia... su castillo de naipes se cae por su propio peso. Se esfuma esa nube de perfume vistoso que durante tanto ha embriagado a la afición bética.

El problema de esto es que vuelven los vientos de Guerra Civil, como ya ocurrió en los años de la Bailaora. Si este debate ya había plantado raíces, el que los detractores de Mel hayan ganado muchos partidarios iguala enormemente la contienda. Si la trayectoria del ególatra es la esperada, Maciá y demás le acabarán rogando que cierre la puerta por fuera, y la obcecación que aún persiste en muchos ámbitos por su defensa (patético el trato dado por la prensa a esta cuestión) se acabará extinguiendo. Los palanganas están encantados con que siga al frente del barco. Sólo rezo para que la reacción del beticismo siga a este ritmo. Y como con la Real no se haga un partidazo, la gente volverá a tocar a su puerta. Ding, dong.

¡Un saludo!

@josearquer95
@lajuezaesbetica

lunes, 24 de agosto de 2015

Supporters, alé

Aviso a navegantes: si usted, mi queridérrimo lector, presenta algún tipo de simpatía o afecto hacia los ultras del Betis, le advierto que va a ser un artículo bastante duro. Y antes de nada, déjenme decirles también que me dirijo a la colectividad de Supporters, ya que probablemente habrá algunos miembros que no expresen los comportamientos casi simiescos que hoy voy a denunciar aquí, tras lo acontecido en las vísperas del encuentro transcurrido ayer e incluso durante el mismo.

Bien, comencemos. Estaba yo ayer en la previa del partido, enfrente de donde se suelen poner estas personas. Mi sorpresa fue mayúscula cuando oigo que, después de todos los problemas, polémicas y descalificativos que han recaído sobre la totalidad del beticismo por causa de la misma, empiezan a cantar la dichosa canción de "Rubén alé". Parece ser que estos señores no se enteran de qué va la película, y de que nos podrían haber cerrado el campo. O puede que sí lo sepan, en cuyo caso será una muestra más de que su lucidez mental está a la altura de tan zafia y burda melodía.

Desgraciadamente, no acaba ahí la cosa. Ya en el campo, cuando salió Dani Ceballos a calentar en la banda del Villamarín, e incluso cuando entró en la segunda parte, comenzó a oírse otro cántico: "Queremos jugadores que sientan los colores". Como si no fuera suficiente la presión que ha tenido que aguantar un chaval que es incluso más joven que un servidor, durante todo un período estival, bajo una cascada de insultos, vejaciones e incluso amenazas en redes sociales a cuenta de su renovación.

Este debate lo hemos tenido ya, y ha quedado de sobra demostrado que el beticismo como cualidad no potencia o mejora las aptitudes deportivas de un futbolista. Siempre está bien que el jugador en cuestión sienta los colores, pero, mis queridos e iletrados Supporters: Van der Vaart, Pezzella, Vargas y demás son béticos desde shiquetitos, ¿no? ¿O a ellos no los lincháis por no babear sobre el escudo? ¿Las personas valen menos si no expulsan constantes vomitonas de beticismo demagogo como tiene por costumbre nuestro estimado entrenador?

El factor reinante del borreguismo exacerbado que ha inundado desde que tengo memoria a este colectivo en su mayor parte, unido a la sonrisa estúpida pero cómplice de la afición, el apoyo incondicional de lo peor que le ha pasado al Betis en su historia, el dictador de Jabugo, y a la concesión casi ilimitada de caprichos por parte del escritor, les han dado fuerza, y se creen jueces de todo aquello que sucede relacionado con nuestro equipo. Una superioridad moral autoarrogada y reforzada con el tiempo que ahora es muy difícil de cambiar.

La gente me dirá: "es que ellos cantan siempre, y siguen al equipo...". Pues sí. Y yo también canto, no te digo. No es en absoluto un justificante para que estos señores hagan lo que les da la gana siempre. Porque aportan mucho, sí, pero con las idioteces que se les ocurren de vez en cuando, perjudican más de lo que ayudan. Y respecto a lo de ayer, si me lo permiten, voy a tomar un cántico de los ultras de las vecinas, que se puso de moda hace tiempo en el Centro Comercial: "Supporters alé, Supporters alé, qué pasaría si le pegaran a Don Manuel".


¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica


domingo, 16 de agosto de 2015

Cavilaciones

Una vez hemos dado por acabados mis períodos de trabajo estudiantil y vacaciones estivales, que ya casi por vicio cada año prolongo más, y teniendo en cuenta que aún estamos a mitad de agosto, y que aún es pronto para llevar a cabo cualquier tipo de conclusión o afirmación categórica, voy a comenzar esta mi nueva temporada en el mundillo verdiblanco, y a proporcionarles un escrito bastante esquemático y menos barroco de lo que acostumbro a escribir.

Bien. Voy a comenzar, si me lo permiten, con la pregunta (algo absurda a mi parecer) de todos los años: ¿cómo quedará el Betis? ¿Peleará por la salvación, como suele decirse cada vez que se asciende?¿Conseguirá acaso luchar por algo más y alegrar a una afición ya de por sí sobradamente incentivada observando la campaña de abonos? ¿O se pegará el tortazo y retornará el fantasma del ascensor que ya mentó en su día mi amigo el comegambas de Rafaé? Estudiemos las variables.

En primer lugar, y tras un cúmulo de decepcionantes inútiles, pelotas, sinvergüenzas y demás angelitos que han ido pululando por la zona noble del Benito Villamarín a lo largo de la última década, y existiendo una curiosamente extensa variedad en la fauna presidencial, habiendo desde presuntos ladrones como la Bailaora del Fontanal hasta ineptos redomados como mi colega Maíto, parece ser que por fin el Betis ha encontrado un presidente a su altura. Mi admiración por Juan Carlos Ollero, llegados a este punto, escapa a toda clase de secretismos, pero en muchos momentos parece incluso crecer, sobre todo por esa claridad y firmeza con que se expresa, llegando al clímax en la rueda de prensa que en su día dio por el caso Rubén Castro.

La segunda variable, curiosamente, sigue una trayectoria casi exacta a la primera: mientras hemos tenido que ver como los del Centro Comercial lo han ganado todo gracias al que probablemente es el mejor director deportivo del mundo, nosotros hemos visto cómo han ido pasando unos y otros con más pena que gloria por esta parcela, crucial en cualquier entidad. Eduardo Maciá parece haber devuelto la estabilidad a la dirección deportiva, haciendo gala de una extraordinaria inteligencia, y fichando con cabeza y criterio. Bien es cierto que cuestiones como Dani Pacheco, Lolo Reyes o el no descarte de Cejudo pueden mancillar su labor, pero el balance en general es positivo.

Y la tercera es la que para mí más nos puede afectar. Ya se imaginarán ustedes de quién hablo. A pesar de haberse visto alguna segunda parte interesante, donde el equipo ha conseguido brillar ligeramente, la verdad es que el recuento estival de Pepe Mel, habiendo caído con equipos muy inferiores, no es en exceso esperanzador. Ya no puede quejarse de equipo, y sigue disponiendo de un impresionante repertorio de excusas para relacionar todo aquello que acontece a su alrededor con su incapacidad en las ocasiones en las que demuestra que no es un entrenador al nivel que requiere el Betis. Y, además de no tocar apenas los aspectos tácticos, sigue viéndose un equipo cansado que demuestra que no trabaja el físico.

¿Que la pretemporada da igual mientras se gane en Liga? Sí, es cierto. Pero lo que sí es relevante es que las sensaciones acaban influyendo. Por una vez, la incompetencia no reina en la mayor parte de los campos de trabajo del Betis, y un fracaso ahora podría ser extraordinariamente dañino. En una semana comienza la Liga, ahí se empezará a observar la realidad. Mientras tanto, esto son simples cavilaciones.

¡¡Un saludo!!

@josearquer95
@lajuezaesbetica