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sábado, 5 de junio de 2010

Crepúsculo de un cinco de junio

Crepúsculo del cinco de junio. Benito Villamarín, Hispalis. Cincuenta y cinco mil gargantas coreando tu nombre, Betis, sufriendo, llorando, adentrándose en tu alma verdiiblanca hasta tocar las fibras más sensibles de nuestros sentimientos. Pasarán los minutos, caerán uñas y pipas, lagrimearán los ojos, rasparán las gargantas, se ensancharán las arterias, todo por un sentimiento más grande que lo mundano y lo terrestre, un beticismo en el que lo más importante es levantarse después de caer.

Crepúsculo del cinco de junio. Cincuenta y cinco mil béticos en los que se encierran un sinfín de sentimientos, alegría y desgracia, amor y desunión, ánimo y desánimo... Y todo para sacar la rabia desenfrenada con la que cantaremos a lo alto, al Betis, al Cuarto Anillo, y a los béticos que aún quedan por llegar, rabia con la que ayudaremos a hacer un Betis grande, rabia con la que nuestros cantos se oirán hasta tierras de las que jamás habíamos oído. Y al subir cada peldaño, y al andar cada paso, y a cada inspiración, un pensamiento dedicado al Betis. Todo un Estadio cantando al Betis, las mismas canciones, las mismas letras que llevammos todos grabados a fuego en la memoria y en el corazón.


Y en la grada viva el Betis gritaré
luchando por mi equipo yo me dejaré la piel
esta noche quebraremos nuestra voz
perderemos las gargantas
esto si es una afición

No perdemos la esperanza hasta el final
y hasta el último segundo
no paramos de cantar
Soy del Betis tengo verde el corazón
yo blanca tengo el alma
vamos Betis campeón

Crepúsculo del cinco de junio...

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